Para evitar el mal de altura o al menos llevarlo un poco mejor será necesario aclimatarse, no agitarse ni realizar esfuerzos físicos al menos durante los primeros días. Además, el día anterior a la llegada al lugar se recomienda dormir bien, comer liviano y evitar las bebidas alcohólicas.
En tanto, una vez en la altura será necesario descansar durante el primer día, realizar amplias inspiraciones de aire, subir de forma paulatina, hidratarse permanentemente, evitar el alcohol y el tabaco, comer poco, pero cuando se lo haga, elegir los carbohidratos y los alimentos ricos en azúcar, elegir comidas de fácil digestión como las frutas, abrigarse y evitar tomar tranquilizantes.
Quienes viven en sitios de gran altitud suelen repetir a los viajeros una regla que, de ser respetada, ayudará a soportar el mal de montaña: “beber antes de tener sed, comer antes de tener hambre, abrigarse antes de tener frío y descansar antes del agotamiento”.
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